7 millones de cajas de banano se perdieron por inundaciones

Aguaceros de la primera semana de febrero afectaron 6.000 hectáreas. Al menos siete millones de cajas de banano dejará de exportar Costa Rica, este año, consecuencia del impacto de las inundaciones de finales de noviembre y la primera semana de febrero.

La emergencia que se vivió por los aguaceros de la última semana de noviembre y los primeros días de diciembre empeoró con las precipitaciones de la primera semana de febrero.

Además de las pérdidas bananeras, 2.440 pequeños agricultores de la región del Caribe sufrieron el destrozo de sus cultivos, según un informe preliminar de la dirección regional del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Las lluvias anegaron 2.590 hectáreas, sin incluirlas dedicadas al cultivo de banano.

En la primera ocasión se afectaron casi 11.000 hectáreas plantadas con esa fruta. En la segunda inundación fueron alrededor de 6.000 hectáreas, según datos preliminares de la Corporación Bananera Nacional (Corbana).

Los cálculos establecieron que tras el problema de noviembre el país dejaría de exportar unos cinco millones de cajas de 18 kilos cada una. Ahora habrá que agregar dos millones de cajas de ese peso.

Este volumen representa alrededor del 7% de la producción nacional, que está cerca del promedio de los 100 millones de bultos al año. De acuerdo con con el precio de salida actual de $7,59 por cada caja, las pérdidas llegan a $53 millones (unos ¢30.100 millones, al tipo de cambio de referencia para venta).

Las fincas bananeras afectadas por las últimas lluvias también sufrieron con los aguaceros del año pasado, manifestó Jorge Sauma, gerente general de Corbana. Algunas de estas estaban en las primeras etapas de la rehabilitación cuando ocurrió la emergencia.

Recurrente. Sauma recordó que los problemas en las zonas que fueron afectadas por inundaciones, en dos ocasiones, en dos meses, son cíclicos. Cada vez que se presentan las crisis, las comunidades, los productores y el país deben invertir grandes sumas, comentó.

Por tal razón, Corbana gestiona en este momento medidas para que se realicen trabajos para erradicar permanentemente los problemas.

Sauma dijo: “Por la forma en que está construida y la ausencia de entubamiento, la carretera a Sixaola, por ejemplo, se convierte en un dique que no soporta el golpe de la inundación y cada cierto tiempo se destruye”.

Se destruyeron diques que sostenías las aguas de ríos en algunas poblaciones y fincas, caminos y puentes por las últimas lluvias.

Además, Corbana enfatizó que se requiere con mucha urgencia el dragado del río Sixaola, una tarea que se coordina con Panamá mediante contacto de los ministros de Agricultura.

Los bananeros le proponen al Gobierno utilizar la figura de Corbana, donde el Estado es socio, para trasladar recursos que ya están disponibles en algunas entidades estatales y ejecutar las obras.

La propuesta se presentó ante la necesidad de agilizar los trabajos, en vista de la cercanía del invierno y la posibilidad de nuevas emergencias por aguaceros.

La idea es evitar la gran tramitología de las instituciones públicas, que retrasa la reconstrucción.

Los recursos seguirían bajo la vigilancia y auditoría de la Contraloría General de la República.

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