La banana Mongee en Japón se come con cáscara
¿Llegará el día en que no haya que pelar un banano sino comerlo con cáscara y todo? Pues en una región de Japón ya llegó. Una compañía del sur de Japón desarrolló un método de cultivo de bananas a través del congelamiento de los plátanos y su posterior replantado que produce una variante de la fruta con cáscara comestible, informó la prensa local.
Este no es el primer invento japonés en el mercado de las frutas ya que hace unos años un agricultor inventó la sandía cuadrada para que fuera más fácil de transportar y, a su vez, que los consumidores pudieran guardarla en heladeras con espacio reducido.
En todo el mundo, las bananas se cultivan a temperaturas que oscilan constantemente alrededor de los 27°C, pero la empresa nipona D&T Farms mantiene los plátanos congelados a -60° y los replanta inmediatamente a temperatura tropical.
El cambio tan brusco de temperatura provoca un crecimiento ultra rápido del plátano en el que la cáscara de la banana no llega a madurar y queda fina, delgada, suave y suficientemente dulce como para comerla con el resto de la fruta.
La llamada “banana de Mongee” está disponible en lotes muy chicos, de 10 unidades, que se venden todas las semanas en el establecimiento minorista regional Tenmanya Okayama, a US$ 6 dólares cada una.
La provisión de este tipo de bananas es muy limitada por ahora, pero la compañía que las produce está interesada en expandirse y de hecho ya convocó a más agricultores de banano.
La firma D&T Farms indica que es producida sin pesticidas y que la cáscara comestible es fuente de nutrientes como vitamina B6, magnesio, zinc, pero también contiene azúcar, una de las limitantes para quienes tienen sobrepeso o diabetes.
Este banano contiene 24,8 gramos de azúcar, cuando el promedio de la fruta normal es de unos 18.