No hay mercado para tanto plátano canario
La producción récord obliga a retirar fruta para evitar el desplome del ingreso del agricultor. La competencia a la baja de la banana y la amenaza de una caída de las ayudas europeas agrietan al sector.
El plátano de Canarias, un sector de enorme arraigo en las islas que sostiene 10.000 puestos de trabajo y emplea a otras 5.000 personas de forma indirecta, pasa por tiempos turbulentos. Nadie lo diría si se atiende a las cifras de producción, en niveles récord desde hace dos años. Pero los precios no cuentan la misma historia: el mercado nacional no absorbe la oferta, la competencia de las importaciones es cada vez mayor y apenas se gana cuota en otros países. La renta de muchos productores se resiente, lo que ha agrietado la unidad del sector cuando asoma un desafío mayúsculo: la amenaza de unas negociaciones a la baja de las ayudas europeas que garantizan su viabilidad.
Los márgenes de la carretera de Bañaderos, en Gran Canaria, se siguen tiñendo de verde platanero. En Playa Paraíso, Tenerife, los plátanos comparten paisajes con hoteles emergentes. El sector cedió hace tiempo al turismo el trono de la economía canaria, con una aportación al PIB autonómico que ahora no llega al 1%. Pero sigue dando muestras de poderío: en 2016, se alcanzaron los 434 millones de kilos de plátano cortado. Y los primeros datos apuntan a que el año pasado hubo una campaña similar.
Sin embargo, lo que ha centrado la atención de los productores en estos dos últimos años son otras cifras, también récord, que retratan mejor al sector: si en 2016 fueron a la pica -como bautizan en las islas la retirada de fruta del mercado-, 16,2 millones de kilos, el año pasado fueron más de 17 millones los destinados a bancos de alimentos, alimento de ganado o, sobre todo, al vertedero. La retirada de fruta para evitar el desplome de los precios -un procedimiento autorizado por la UE, con un límite del 5% de la producción anual- evidencia que no hay mercado español para tanto plátano canario. Y la competencia feroz de la banana americana, con aranceles cada vez más reducidos, y de la banana africana, sin ningún tipo de arancel, dificultan cualquier alternativa.
Tensión entre los productores
La cuantía de la pica ha producido una enorme tensión dentro Asociación de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), una suerte de gobierno platanero del que forman parte las seis organizaciones de las islas, que reúnen a los 8.000 productores canarios. El Ejecutivo autonómico es el que aprueba la pica, pero lo hace a propuesta de Asprocan. Y dos de las seis asociaciones amagaron con romper con la organización al no respetar el mandato de retirar fruta, aunque a última hora se retractaron tras una intervención directa del presidente canario, Fernando Clavijo, y un acuerdo para que la pica no supere los 12 millones de kilos el próximo año.