El banano orgánico se consolida en mercado japonés

Las exportaciones de banano orgánico peruano totalizaron US $ 152 millones en 2016, un 4.8% más que el año anterior, según cifras de SUNAT-Aduanas. Sus principales mercados fueron Holanda, Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Corea del Sur, Finlandia y Japón. Los envíos a lo largo del primer semestre de 2017 experimentaron un retroceso del 3% con respecto al mismo período de 2016 en gran parte debido al fenómeno del Niño Costero. Sin embargo, en el mismo período se incrementaron los despachos a Japón en un 8%.

La producción orgánica certificada total en el Perú en 2016 cubrió cerca de las 500,000 ha, alrededor del 7% de la superficie agrícola total. El suministro se compone principalmente de banano (26% de crecimiento), el producto más comercializado y mango (91%).

La oferta orgánica crece en valor
En los últimos años, la tendencia mundial hacia el consumo de productos seguros y saludables se ha fortalecido. El mercado japonés es consciente y muy informado a la hora de comprar y hay un importante segmento de público que prefiere los productos orgánicos por ausencia de químicos artificiales en su producción y hay consumidores dispuestos a pagar un precio adicional por estos artículos, por lo que se requiere estrategias adicionales de profundización (banano) y diversificación (mango) en el rubro
orgánico.

Las ventajas competitivas de Perú
Gracias a la fría corriente de Humboldt y los andes peruanos, hacen de la desértica costa un invernadero natural, que permite producir una gran variedad de frutos, verduras y hortalizas que en otros lugares del mundo, en el mismo paralelo no serían viables. Este es el caso del banano orgánico, que crece principalmente en el desierto de Piura, pero que es irrigado por el caudaloso río Chira que brinda la cantidad requerida de agua para el riego pero, al ser zona desértica, prácticamente no hay lluvias durante la cosecha, factor clave en este negocio ya que la humedad trae el hongo que mancha los plátanos y requiere de fungicidas químicos para evitar que aparezcan, con lo cual dejarían de ser orgánicos